Ignacia Rojas Philippi

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Camping libre: felicidad en la naturaleza

Pocas experiencias pueden ser más frustrantes que buscar un camping en temporada alta. Están repletos, o son demasiado caros, o muy feos. Para paladares exigentes como los nuestros no es fácil encontrar un lugar adecuado. ¿La solución? Camping libre. Elige el lugar de tus sueños, con estos consejos lo convertirás en tu hogar.

De verdad: hemos pagado cabañas para acampar en su jardín. Y más de una vez hemos rechazado camas y techo. Es que estamos enamorados de nuestra carpa (se lo merece, es una basecamp NorthFace grande, linda y cómoda). Pero también porque cuando salimos soñamos con un lugar acogedor, rodeado de naturaleza, con un par de árboles para colgar la hamaca y tranquilo. Y aunque no es demasiado lo que pedimos pocas veces lo encontramos. 

La clave de acampar, creo yo, es transar unas cosas a cambio de otras. Y si no las vas a tener, ¿cuál es el sentido? Dejas la comodidad, el orden y la limpieza de lado a cambio de qué, ¿un vecino ruidoso?,¿un montón de arena dentro de tu saco de dormir y cero privacidad? Creo que la mayoría de las personas que no han disfrutado su experiencia acampando es porque no ha cuadrado esta suma final. O que no la han calculado antes de salir. Aquí viene entonces el primer consejo:

·      ¿Qué buscas? A veces salimos con un grupo grande y el foco se pone en pasarlo bien con los amigos, aceptamos la luz eléctrica y algo de música pero otras salimos solos y queremos un lugar silvestre, silencioso y natural. Pensarlo antes y poner un par de condiciones previas ayuda a afinar mucho mejor el destino.

·      Cómo elegir el lugar: depende de lo que se haya definido como objetivo. A veces queremos conocer una zona en especial, marcamos un lugar en el mapa y partimos con mucha paciencia a mirar dónde instalarnos. Preguntar a los locales siempre termina bien. Nosotros preferimos los lugares privados antes que los espacios famosos para acampar, hay que explicar eso siempre mil veces para recibir el consejo adecuado. 

·      Siempre pedir permiso: no sólo porque es más civilizado, también porque al interactuar con alguien del lugar puedes aprender más, conseguir información de paseos entretenidos o encontrar un mejor lugar de camping. Hemos hecho amigos en los rincones más insólitos de Chile con este hábito y nos encanta que nuestros hijos aprendan a relacionarse con extraños y a conocer a sus compatriotas.

·      Agua: es la principal limitante de un camping libre. Es mucho más entretenido y fácil tener un río cerca. Pero si no hay, basta con conseguir algún lugar donde rellenar bidones de 5 litros. Nosotros somos 6 (2 adultos y 4 niños) y ocupamos 10 litros por día más o menos considerando una lavada de platos express (con mucho restriegue en la arena, sólo los enjuagamos con algo de agua).

. Dejar todo mejor de lo que estaba: siempre hay que recolectar las basuras que se encuentren por el camino. Pero no hay que olvidar al levantar campamento borrar todas las huellas de asentamiento humano que puedan haber quedado. Así nos aseguramos que otras personas no asuman que es un camping oficial y se ve más lindo para los visitantes que buscan naturaleza.

·      Lleva lo mínimo: claro, porque no tiene mucho sentido pensar en ser libre cuando vas a ser esclavo de infinitos aparatos para suplir un camping oficial. Lo mejor del camping libre es cocinar en el suelo (rápido y fácil, qué mejor). Cada uno termina por hacer una lista de sus indispensables para ser feliz. Puede ser un piso plegable, una copa para tomar vino o una colchoneta de buena calidad. Conocerse y evaluar ayuda a saber exactamente qué hay que llevar para asegurar la felicidad familiar. 

·      ¿Y el wc? Como siempre: con una palita, se calculan 60 pasos alejados de cualquier curso de agua. Se entierra y el papel va de vuelta a la basura. Súper fácil.

·      El auto cerca: cuando se tiene familia es muy difícil acampar sin un vehículo propio. No hemos llegado a ese nivel de perfección. Y mientras más cerca quede el auto más fácil el traslado de cosas, montar el camping y arrancar cuando las cosas no funcionan.

·      ¿Las cosas no funcionan? Esta parte es la más divertida del camping libre: las cosas nunca funcionan. Una pira de chanchos puede devorar toda tu comida mientras paseabas, una lluvia torrencial puede entrar a chorros a tu carpa, un toro mañoso puede acosar por horas tu campamento hasta que te rindas, unos vecinos motivados llegaron a hacer una fiesta clandestina… Todas son historias reales. Algunas veces arrancamos, otras lo resolvimos. Pero siempre hay que guardar energía para ese momento de caos.

·      No alargarse demasiado: sin ducha, sin agua a la mano, llevando lo mínimo es difícil aguantar mucho. Empezar por sólo una noche es suficiente y tiene efecto inmediato en la psiquis. Felicidad pura a la vena.