Carretera Austral Norte con niños

Mapa en mano lo buscamos, el lugar de veraneo familiar tenía dos condiciones: verde y agua, mucha agua. Sumados los kilómetros de distancia que estábamos dispuestos a recorrer con tantos niños dentro del auto definimos el destino: carretera austral norte.

El recorrido funcionó casi perfecto, 15 días en total, 3.500 km ida y vuelta. Es un circuito bastante obvio pero interesante comprobar que funciona con niños chicos. El programa semi improvisado resultó así:

·      Pirque – Osorno: La parada podría ser más al sur pero tampoco nos daba hasta el siguiente punto... Aprovechamos de pasear por la ciudad y comprar algo de provisiones para los primeros días de camping (y picnic extra para el auto, claro).

·      Osorno – Hornopirén: Para no correr alojamos en la ciudad donde zarpa el transbordador que tomamos al día siguiente en la mañana. Gozamos la experiencia de quedarnos en el Hotel Hornopirén, el más antiguo del lugar. Es una casona histórica (igual que su dueña!), y con desayuno servido por la mismísima Olly. Buena conversa también en La Picada del Arrayán, donde disfrutamos con unas merluzas, papas hervidas y las historias de viajeros de rincones tan curiosos como Isla Reunión. 

·      Hornopirén – Caleta Gonzalo – Parque Pumalín: Nunca entendimos la diferencia entre las empresas que hacen este traslado pero compramos en Somarco y disfrutamos con las vistas a los fiordos y los espacios para moverse con comodidad dentro de la barcaza. Sopas instantáneas de fideos a mano es clave aquí, para no sufrir en la cafetería: son 3,5 horas de navegación, más 15 minutos por tierra y luego 1 hora de navegación más. Cortavientos a mano para salir a disfrutar la vista y algunos juegos de mesa.

Una vez desembarcados en Caleta Gonzalo avanzamos rápido hasta el siguiente punto, el sector sur del Parque Pumalín, llamado El Amarillo porque el uso de los quinchos para acampar es por orden de llegada. Una pradera espectacular nos da la bienvenida al interior del parque por un camino que llega hasta el último camping, Ventisquero Amarillo (tramo final sólo vehículos 4x4, según las indicaciones). Búsqueda de un quincho privado desocupado, armado de carpa y a disfrutar del nuevo hogar en la pradera con vista al volcán Michimahuida en su esplendor y a todos los ventisqueros del cajón. 

Pasamos cinco noches dentro del parque, siempre pensando en cambiar de campamento base en la mitad pero nos mantuvimos en el sector sur y la verdad es que incluso nos dio pena partir… El plan en todo caso tiene que mantenerse flexible de acuerdo al clima y a lo que depare la naturaleza: nosotros tuvimos una pequeña invasión de cuncunas (o “¡gatas peludas!”, como decían nuestros vecinos bonaerenses) y algunos tábanos. Nada complicado pero tal vez estresante para personas más sensibles. 

(Las fotos de abajo son todas del Parque Pumalín)

·      Parque Pumalín – Futaleufú: La salida es rápida y temprano para tomarse con calma los sectores más interesantes del trayecto como el Lago y glaciar Yelcho, sector Villa Santa Lucía (que fue arrasada por un aluvión hace dos años), y el río Futaleufú.

(Nos sorprendieron los precios de los alojamientos en esta ciudad, nos costó dar con algo acogedor, limpio y que se ajustara a nuestro presupuesto. No recomendaría improvisar si es un grupo grande, como hicimos nosotros. La Gringa Carioca nos acogió muy cariñosamente y algo amontonados.)

La tarde terminó estirando las piernas en la playa “Los Lolos” del río Espolón, saludando kayakistas y juntando hambre para ir caminando a comer unas riquísimas pizzas donde Fabio.

·      Futaleufú – Bariloche: Es un tirada pesada, con lindas vistas y una conversación ineludible con los niños sobre la cordillera y su efecto en el clima local, mucho más seco y con matorral de pampa. Es también un buen momento para mentalizarse con la ciudad turística que se viene por delante que, con algo de humor, se puede disfrutar también.

·      Bariloche – Paso Cardenal Samoré (Puyehue) – Puerto Octay : Una última vuelta por Bariloche con la tranquilidad de la mañana y almuerzo en Villa Angostura. Cruce de la frontera, siempre con los cortavientos a mano (a veces toca caminar bajo la lluvia para hacer los trámites) y directo a Puerto Octay, una ciudad lindísima, tranquila y muy sureña. Imposible no recomendar los departamentos donde nos quedamos cuatro noches, una casona patrimonial. Acogedores y con la mejor ubicación (disponibles en Airbnb, se llaman “Depto para 4, casa patrimonial de Puerto Octay”).

·      Puerto Octay – Pirque: Aunque la verdad es que no nos aguantamos pasar una noche por Valdivia, nuestra ciudad favorita de Chile, y donde unos buenos amigos nos hacen sentir siempre bienvenidos. El Hotel Nueve Ríos, que manejan ellos, es lejos el mejor lugar donde quedarse, una casona antigua remodelada y con desayuno insuperable. Desde ahí partimos temprano y directo a casa.

(Las fotos abajo del Parque Nacional Alerce Andino, sector Sarmientos. Lo visitamos mientras estábamos alojando en Puerto Octay)

Tip de campista prevenido: 

Miramos el clima dos semanas antes de partir pero recién una semana antes lo consideramos para ajustar el plan: si viene lluvia cerrada mejor reservar algún alojamiento en Chaitén y disfrutar mojándose en el bosque, volviendo a secar la ropa en una estufa. 

Lo ideal es chequear entre distintos pronósticos. Usamos éstos:

www.accuweather.com (15 días de proyección pero más preciso 7 días)

www.yr.no (10 días)

www.meteochile.cl (5 días)

www.windy.com  (preciso en la cantidad de agua que va a caer. Con 1 mm/hora se puede caminar pero con 10 mm/hora ya es más incómodo…)

Consejos para pajarones: 

-       Carnet de identidad al día, libreta de familia, permisos notariales si viajan sin ambos padres de los niños.

-       Papeles del auto al día (permiso notarial si no va el dueño).

-       Seguro de auto para entrar a Argentina.

-       El transbordador entre Hornopirén y Caleta Gonzalo se compra con anticipación por internet.