El hit del picnic invernal
Sin ella no hay picnic en invierno.
La amamos. La llevamos a todas partes. Es simple, chica, aperrada. La cocinilla araña nos acompaña siempre pero en paseos más fríos es indispensable.
La usamos para calentar agua para la mamadera, la sopa (el termo no aguanta tanto), y cocinar almuerzos calientes que ayudan a subir los ánimos cuando se pone helada la cosa…
Hay otros modelos compactos pero a mí me encanta esta cocinilla araña, que es la más sencilla. El gas, que no se puede subir a un avión, lo venden en todas partes. Y es realmente chica…