Trekking con niños: la previa
No es fácil organizar un trekking familiar.
La escena es típica: encontraron por fin un sábado libre para caminar en familia, se acordaron de comprar algo de picnic, se apuraron en la mañana para no salir tan tarde, llegaron al lugar y cuec, el niño no quiere caminar. Pataletas, llantos, peleas, caos.
A todos nos ha pasado, no lo hacen a propósito, aunque a veces parezca… Cuando quieres caminar en la naturaleza necesitas que los niños no acarreables en brazos avancen solos. Creo que después de 4 hijos recién empiezo a entender cómo funciona esto, aunque es sólo mi opinión personal.
La definición de trekking familiar es que todos pueden ir, hay que planear algo que se acomode al grupo: la señora embarazada, el niño no tan animado para caminar, la guagua… Para todos es sano salir a la natrualeza, a eso no hay que tenerle miedo, sí pensar antes de ir a lugares aislados o muy altos (por la variabilidad del clima).
La preparación es clave: dejar todo armado el día antes permite estar más disponible para los niños el día del paseo. Muchas veces la pataleta es sólo una acumulación de necesidad de atención que no tuvo en la mañana. Hay niños que se ponen muy ansiosos con las salidas aunque sean cortas, necesitan más contención antes de salir. Acá puedes revisar la lista de lo que nosotros llevamos a un paseo cualquiera.
¿A dónde vamos? Cada salida debe tener un atractivo o un objetivo concreto. Un río, un bosque, recolección de algún objeto. Nosotros descartamos de acuerdo al clima: si hace calor vamos a mojarnos al río o a jugar a un bosque, si hace frío es perfecto para buscar fósiles o para caminar un poco más largo.
Hambre = llanto. Nunca es demasiado picnic, aunque mi marido diga lo contrario. Un poco en la mochila, otro poco en el auto… es una de las crisis más simples de resolver. Lo mismo el frío, el calor: revisar el pronóstico del tiempo parece exagerado pero es indispensable cuando se pasea con niños chicos. Nosotros revisamos el clima en este sitio web principalmente, pero siempre hay que chequear más de uno.
Metas humildes: una vez apenas alcanzamos a bajarnos del auto y todos los niños se pusieron a llorar. Todos. Al mismo tiempo. Por distintas razones. Habíamos hecho mal todos los puntos anteriores pero además nos obsesionamos con llegar hasta un glaciar. Los niños se sintieron presionados, vieron la morrena enorme que tenían que subir y colapsaron. Después de superar la desilusión reformulamos y pasamos el día recolectando piedras. Tener un plan B a mano siempre es útil. Tengo en deuda una lista de actividades entretenidas para hacer con niños en naturaleza, ya vendrá.
No tiene que ser perfecto: a veces las mejores salidas son cortas o cerca de la casa, no todos los paseos familiares tienen que durar el día entero. Y tan importante como planificar es la capacidad de saber cuándo es hora de volver, a veces es mucho antes de lo que habíamos pensado. La meta es pasar un buen momento, no cumplir con un itinerario. Vamos a tratar de ir armando un listado de paseos recomendados en el blog…
La buena caminata con niños tiene un ritmo especial que sólo se aprende con experiencia. En otra columna pienso contar los trucos que usamos para que los niños disfruten un trekking. Pero no sirven sin la previa, la preparación es clave para que el paseo fluya.
*La foto de portada la tomamos en el mirador del Colmillo del Diablo, en el Parque Nacional Villarica (acá la descripción de ese trekking). La foto del mirador de cerros con nieve y esta última foto de sendero son de la Reserva Altos de Lircay, Región del Maule.